MAESTRO….
¡Buenos días, bienvenidos todos, compañeros!
Es un placer para mí poder saludaros y daros la bienvenida, pero además intentaré transmitirles algo más que eso, al inicio de este encuentro Inspectorial de Maestros, y he dicho bien, Maestros. Y es que, a través de esta oportunidad que se me brinda, me gustaría, hacer una pequeña reflexión sobre ser maestro.
La palabra «Maestro» encierra en su significado más que instructor, más que profesor, inmensamente más de lo que se pueda leer en el diploma acreditativo que todos conservamos, si no se nos ha olvidado en la secretaría al presentarlo para qualitas, claro.
El Maestro no es sólo el que transmite unos conocimientos de una u otra área, posee principios didácticos o emplea una u otra pedagogía; sino el que demuestra ser ejemplar en su manera de ser, estar y comportarse en la vida; con una ética profesional, humana y en nuestro caso también cristiana. Es una tarea de Maestros enseñar a vivir. Y podemos decir que no es precisamente fácil hoy en día, ninguna de las dos premisas, ni enseñar, ni vivir; por lo tanto nuestra tarea se ve complicada por multitud de factores externos: al alumno y al maestro, que en muchas ocasiones distorsionan el sentido profundo de la Educación, que para nosotros por ser quiénes somos y estar donde estamos, podemos resumir con las palabras de San Juan Bosco: “ser buenos cristianos y honrados ciudadanos”.
Todos conocemos personas que pretenden ser Maestros, es decir que quizás ejerzan como profesores o lo persigan, pero que sabemos que les falta mucha ilusión y vocación para ser maestro, y la verdad es que pueden intentar pasar por éste, pero como dice la sentencia popular: se puede engañar a unos pocos por un tiempo pero no a todos todo el tiempo, y es esto cierto hasta el extremo, pues sin duda, es el alumno quién se da cuenta de que la persona que tiene delante no acaba de disfrutar con lo que hace, no lo percibe feliz en su tarea diaria.
Si estos alumnos nuestros, saben hasta como animarte el día que has tenido un problema o simplemente estás bajo de ánimo o cansado…. Antes de hablar siquiera, te mira, te sonríe…y te abraza, y uno se dice así mismo: “pero vamos a ver Antoñito que eres el más despegado del colegio, ¿por qué hoy y ahora?”, pues porque hoy, él ha notado algo que le ha llevado a demostrarte lo que siente, y es que estos alumnos nuestros, saben cómo arreglarnos el día, cuánto más, no se darán cuenta si eres feliz haciendo lo que haces con ellos: educar.
De lo dicho hasta ahora también es destacable la importancia del Maestro ante la sociedad y en particular ante el alumno individual. El Maestro no es meramente un instructor que se limita a enseñar una disciplina, es quién influye en la actitud ante la vida del alumno. En los tiempos que corren, no podemos caer en la tentación, de ser uno de los muchos transmisores de conocimientos, técnicos… ¡de éstos hay muchos! pero maestros, maestros… pocos.
El alumno trata de asemejarse al maestro siguiendo sus pasos, debemos cuidar que ellos sean los correctos, para que ambos caminen en pos de la superación personal, la integridad humana y la caridad cristiana, que son al fin y al cabo, la metas que deseamos todos alcanzar.
Dice el lema de este encuentro “la ilusión del cambio”, que palabra más bonita esa de ilusión, sin lugar a dudas son los niños los mayores portadores de ilusión que hay, y me pregunto yo, ¿seremos los maestros personas ilusionadas con nuestra tarea educativa, gracias a estar tan cerca y tanto tiempo de los niños? Pues seguramente sí, de hecho compartimos el sentimiento y las palabras de Don Bosco cuando decía: “entre vosotros jóvenes, es dónde me encuentro bien. Y por otro lado el cambio, una palabra con muchos significados, matices y usos diversos, nosotros, Maestros, no tenemos ilusión del cambio por el cambio, sino de ayudar y guiar en el proceso de cambio que todos nuestros alumnos sufren continuamente, de ser útiles con nuestras palabras, pero sobretodo con los hechos, pues el movimiento se demuestra andando, y al final conseguiremos, muchísimo más entendimiento de nuestros alumnos con un buen ejemplo, que con 1000 explicaciones.
Con ésto, quiero decir: sintámonos orgullosos y felices por ser maestros, disfrutemos de nuestra condición de educadores, aprovechemos cada oportunidad que se nos brinde de aprender, mejorar, evolucionar, y por supuesto, de ilusionarnos con los cambios que podamos llevar a cabo en nuestro día a día, para hacer la vida de los que nos rodean un poco más fácil y positiva.
Y este encuentro es uno de esos momentos que se nos ofrecen, así que no veo un mejor sitio que éste: nuestro colegio Salesiano de Utrera, ni un momento más adecuado: el 21 de Abril de 2012, para aprovechar y seguir creciendo como Maestros.
Buenos días y siéntanse verdaderamente bienvenidos a mi casa, que es la suya.
Y DE NUEVO POR AQUÍ.
Ya hace mucho tiempo que no me dirigía y comunicaba por aquí, a aquellos que quieren entrar en el blog, las razones: dejadez, falta de tiempo, ocupaciones…un poco de muchas y un mucho de alguna de ellas. Pero desde hace ya algún tiempo, Oche, la mujer que va a ser mi esposa en poco más de un mes, me andaba diciendo que era increible que llevara más de un año sin escribir y que todos los días entraba alguien y que el contador subía. Pues nada.que me he animado a compartir, y os dejo hoy un pequeño escrito que tuve la oportunidad de escribir y comentar con todos mis compañeros maestros de Educación Infantil y Primaria de la Inspectoría Salesiana de María Auxiliadora, os lo pongo en la siguiente entrada. Gracias a todos y espero vuestros comentarios!!!
EL BLOG DE DON PACO 